Fiestas de San Sebastián de los Reyes.
Cuatro de la tarde. Salida de la Renfe. Nos situamos delante
del mapa que hay justo enfrente. Según este, estamos al lado y sin embargo no
vemos nada. ¿Por qué los mapas e indicaciones de Madrid suelen ser tan
inútiles? Guiadas por un señor y después de casi morir de deshidratación, llegamos al auditorio. El escenario se ve desde fuera, y esto realmente me
cabrea, puesto que podrías escucharlo sin pagar los 20 euros (deberían ponerlo
en letra pequeña en las páginas de venta de entradas, yo acampaba fuera). Lejos
de lo que pensaba, no hay mucha gente esperando. Creo que después de la odisea
de zombies amantes de Lana del Rey (en los que me incluyo) del Vida Festival
tengo miedo de ir con menos de 6 horas de antelación. Sin embargo, en este podremos coger los
primeros sitios perfectamente.
¿Sabéis lo mejor de ir a este auditorio a ver conciertos?
Además de los puestos de salchipapas y morcilla que hay al lado por las
fiestas, claro. ¡Que está cerca de un Día, un Mercadona, y un Lidl! Como ya
habréis deducido de mi emoción, compré comida para un apocalipsis. En mi
mochila había más azúcar que en las conversaciones de Michi y Yoshirin.
Pues bien, con
la mochila en la espalda a punto de reventar me fije en que ponían un cartel.
“Prohibido pasar comida o bebida al recinto”. Los sitios que ponen este tipo de
carteles me parecen malas personas, ni Cruella de Vil. Varias personas me
sugirieron que tirara mis donuts, pero yo no puedo. Me ponían caritas. Así que
me metí uno en el pantalón y otro en el sujetador. Y pasé, chicos. Pasé.
*Musiquita de epic win. Cohetes y serpentina* Y esto os lo cuento porque me
hace ilusión, y porque tal vez esto os sirva para futuros actos de ahorrador
compulsivo.
Bien, después de varias horas en la cola, abrieron el
auditorio. Me tocó correr con los donuts frenando mi avance, pero aún así
llegué a mi deseada primera fila. Centrada. El concierto empezó bastante
puntual para el tipo de evento que es. Sidecars apareció en escena. Por fin. La
gente eufórica empezó a cantar sus temas, sobre todo en “Soy fan de ti”, en la
cual no se podía escuchar ni al propio cantante (yo os mataba a todos los que
cantáis, en serio). Escuchar las grabaciones es como pisarle el rabo al gato,
porque encima a mi lado estaba la típica tía con voz de pito a la que pagan porque
cierre ese piquito. Pero da igual. ¡Sidecars está en escena!
“De película”, “Chavales de instituto”, “Contra las cuerdas”
y “Cremalleras” fueron entre otras las encargadas de introducirnos la esencia
del concierto. Fue preparando los cargadores durante una hora para llegar al
punto álgido cuando salieron Los Zigarros. Reconozco que antes de este
concierto no tenían ni idea de quiénes eran, ni siquiera me puse a buscar, por
eso me extrañó que no nos los pusieran los primeros para que tuviéramos que tragárnoslos
sí o sí. Cuál fue mi sorpresa cuando empezaron a cantar con su rock de lo más
cañero. Ovidi Tormo, el cantante, al más puro estilo de Mick Jagger (bueno, no nos pasemos), moviéndose
por el escenario como si estuviera en su salsa, nos hizo saltar al ritmo de sus
canciones. “Desde que ya no eres mía”, “Hablar, hablar, hablar”, “Voy a bailar
encima de ti”, “Cayendo por el agujero”… A cada cual más movida que la
anterior. Ovidi es un genio de la animación. Es imposible no saltar con sus
canciones y sus movimientos alocados.
Leiva llegó como culmen de la noche para apaciguar de nuevo
los ánimos. Rescatando canciones que llevaba mucho tiempo sin tocar como “Amelie”,
además de otras de Pereza. En todo momento se mostró cercano con el público y
con sus compañeros. Incluso nos llegó a contar una anécdota de un tour en el
que le habían confundido con el grupo Maná. Incluso se atrevió a cantar un
trocito de una de las canciones del grupo. Sus compañeros de escenario, lejos
de pasar a un segundo plano, cobraron protagonismo en el fondo mientras
formaban una fila y comenzaban a bailar al unísono. Despliegue de luces,
despliegue de “buenrollismo”.
Aunque casi todo el mundo fue por Leiva, creo que los tres
estuvieron a la misma altura. Aunque personalmente me decanto por Los Zigarros,
que han conquistado mi corazón forever and ever.
Jenny_crown