Buenos días/ tardes/ noches mis queridos lectores. Sí, soy
Jenny. No, no he muerto. Sí, soy una vaga he estado muy ocupada. Pero bueno,
tranquilos, ya estoy aquí.
Hace un mes, una tarde de mucho aburrimiento, me dio por
buscar un buen libro en la biblioteca de Móstoles. No sé si alguno de vosotros
conocerá la editorial Egales. Esta editorial fue la primera editorial
especializada en literatura LGTB de España, así como resumen rápido. Se me
ocurrió buscar en el catálogo por dicha editorial, esperando no encontrar nada, pero por probar... PROBAR ES GRATIS (todavía). Cuál fue mi sorpresa cuando empezaron a
salirme páginas y páginas de resultados. Fue todo muy épico, porque encontrarlo suponía
el fin a mi terrible tormento. Ya que, para los que no habéis buscado nunca un
libro LGTB en las tiendas, estos no suelen bajar de los 22 euros, y eso duele.
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Mi cara de: "NO PUEDE SER CIERTO". |
Mucho. Y más cuando te topas con una historia que te llama mucho la atención.
Llegados a este punto, salí corriendo de mi casa dispuesta a arrasar con todos los que pudiera (para ello llevaba mi tarjeta de biblioteca y las de toda mi familia). A día de hoy, me he leído 4 y tengo una ligera duda. ¿QUÉ LES PASA A LAS ESCRITORAS CON LAS EMPRESARIAS? Y es que chicos, más del 50% de los libros de lesbianas tienen una en su sinopsis. Tanto es así, que me imaginé a las mismas protagonistas en 3 de ellos (3/4, preocupante). Otra cosa que he visto en común es la presencia de una “famosa”, la típica tía que parece inalcanzable. Que tiene pasta y mucho glamour pero que después resulta ser súper sencilla. Y yo me pregunto: ¿Esto por qué? ¿Acaso cuando alcanzas tu nivel de bollera suprema llega a tu casa, junto al carnet y un cheque en blanco? Porque ya lo vimos en la serie “The L Word” y lo vemos en muchas partes. No me lo explico (si es así quiero mi carnet ya).
Y esto no es lo único, tenemos ese rasgo característico que
siempre presenta alguna de las dos: “Me han hecho daño y desde entonces no
busco nada serio”. No sería un buen bollodrama si no metiéramos algún
impedimento para que ambas estén juntas. Que por otra parte, mucho decir que
tienen miedo de volver a enamorarse pero a los dos días de conocerse ya están
saltando a los brazos de la otra asegurando que están enamoradas en sus
páginas. ¿Y la figura de la exnovia celosa y pirada que viene a joderte la vida
y chantajearte? ¿De verdad es algo común? A mí nunca me ha pasado (y toco
madera, oye). Es algo inquietante ver que se repite en varios libros, dan ganas
de pintarle cara a la almohada y no arriesgarse por si acaso.
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Tú próxima novia psicópata acechando a la vuelta de la esquina. |
Y por último, las escenas de sexo. Está bien, de esto no me
quejo. Pero es que en cuanto lo hacen por primera vez se pasan hojas y hojas
haciéndolo, y para alguien que no tiene pareja es realmente una tortura. Así
que ya sabéis, no leer si estás en una época de calores.
Por si os entra la curiosidad, aquí os dejo los títulos de los libros. Te hacen pasar un buen rato después de todo (algunas páginas más que otras je,je):
Una canción para
Julia de Ann O´Leary: este trata sobre una periodista a la que le toca
entrevistar a una cantante que desprende sensualidad por cada uno de los poros.
¡Y además es abiertamente lesbiana! Total, que nuestra querida periodista
descubrirá que de hetero tiene poco, y acabará “enchochada” con la cantante.
AVISO: altas dosis de escenas eróticas.
Ven a buscarme de Julie Cannon: Elliot y Lauren; dos mujeres
con poder dentro de sus respectivas empresas. Se conocen en una fiesta y ¡PAM! (con PAM me refiero a que se quedan pilladas la una por la otra, no que explote
nada, ni que se peguen ni… vale, vale, ya lo dejo).
Un momento de imprudencia de Peggy J. Herring: Jackie Knovac, ejecutiva de una empresa publicitaria, ya está escarmentada después de varios fracasos sentimentales, por lo que se cierra en banda. Hasta que llega la amiga del lío de una de sus amigas (esto...), dispuesta a conquistar su corazón y su cama. *guiño guiño*
Un lugar para
nosotras de Isabel Miller: esta historia supuso un cambio de aires. La historia nos habla de la relación entre la pintora Mary Ann Willson y
la señorita Brundidge. Personalmente, es el que más me ha gustado. No sé si
porque está basado en hechos reales, y me emociono como cuando mi madre lo ve
en las películas de Antena 3, o porque se centra en todo; en las dificultades
que encuentran ambas en sus familias, el machismo de aquella época, la creencia
de que una mujer no podía valerse por sí misma… y paro, no os hago más spoilers.
Jenny_crown
jajaja lo de las empresarias es taaaaan épico. Pero yo entiendo a las autoras (autoras de novelas de sobremesa, bolleril, pero sobremesa). La figura de poder, ayyyy qué tendrá que nos encanta. Mira que a mí precisamente una empresaria me dice poco, pero me pones a una doctora/científica sexy con la bata blanca y me revoluciona hasta las pestañas, y las abogadas trajeadas también tienen su puntazo, me diréis que no. Luego está el clásico crush con la profesora, ese que toda pequeña proto-lesbiana vivió más o menos intensamente. Son clásicos, hemos de asumirlo.
ResponderEliminarOs imagináis que el objeto de deseo de vuestra novela fuera la cajera del super o qué sé yo, la conductora del autobús (bueno, ese igual alguna se lo imagina, acabo de tener un flasback a lo peli porno muy raro).