Ayer asistimos, como todos los años, a la Feria del Libro de Madrid. Y como todos los años, cómo no, llegamos más tarde de lo previsto porque surgieron inconvenientes (el inconveniente fui yo esta vez, que perdí el dichoso autobús).
Como era de esperar, al ser sábado, estaba todo hasta los topes... especialmente el stand de ¡tachán! ¡Jorge Javier Vázquez! Movida por la curiosidad he buscado de qué va su novela La vida iba en serio (es buen título, las cosas como son)... va sobre él, ni más ni menos. Os dejo el enlace de la Casa del libro para que lo comprobéis.
Otra de las colas se formaban entorno a Mercedes Milá. "Es buena periodista", me dicen algunos. Esa mujer ha perdido el norte, la dignidad y todo. ¿Sabéis qué libro firmaba? (ojo, el título es divertido) Lo que me sale del bolo. Con conocer mínimamente a esta tiparraca mujer ya sabes sobre qué mierdas irá el "libro". Gran Hermano. Ella y su crecimiento personal... estamos hablando de la misma mujer que hizo la gracia de medio desnudarse frente a toda España entre risas tontas. Defiende lo indefendible... En fin, paro, porque no la soporto. Echar por tierra una carrera de periodismo medianamente decente como la suya por presentar un reality ridículo... me crispa.
Y dejando a un lado a estos "escritores" (está claro que Paz Padilla -que también firmaba su libro Quién te ha visto y quién te ve, Mari- es la próxima Virginia Wolf...), centrémonos en los que de verdad lo son y que merecen toda nuestra atención.
Primero nos cruzamos con el stand de Donna Leon. La cola, sorprendentemente era corta, por lo que no tardamos en ser atendidos. La mujer es encantadora. Super risueña me preguntó mi nombre... y al ser tan largo, una de las traductoras se lo deletreó. La buena mujer siguió sonriendo y repitió mi nombre un par de veces. Qué adorable. Yo le llevé La otra cara de la verdad, y ella pasó un par de páginas para comprobar de qué libro se trataba: About face. Respondió con un "ah...", también sonriendo. De verdad, con gente así da gusto.
Después proseguimos andando (con la lluvia acechándonos... y nosotros sin paraguas) hasta toparnos con la firma de Juan Gómez Jurado. No tengo palabras para describir a este hombre. Más amable no pudo ser. Simpático, familiar, atento... Nunca había visto a un escritor comportarse así. Y claro, nosotras encantadísimas de la vida. Le llevé su último libro, La leyenda del ladrón, y le expliqué que mis padres se lo habían leído, y que yo tenía la intención también. Dijo que le diese a mi madre un beso y se prestó a hacerse una foto con nosotras... ¡qué encanto! Morimos un poquito de amor, la verdad.
Después proseguimos andando (con la lluvia acechándonos... y nosotros sin paraguas) hasta toparnos con la firma de Juan Gómez Jurado. No tengo palabras para describir a este hombre. Más amable no pudo ser. Simpático, familiar, atento... Nunca había visto a un escritor comportarse así. Y claro, nosotras encantadísimas de la vida. Le llevé su último libro, La leyenda del ladrón, y le expliqué que mis padres se lo habían leído, y que yo tenía la intención también. Dijo que le diese a mi madre un beso y se prestó a hacerse una foto con nosotras... ¡qué encanto! Morimos un poquito de amor, la verdad.
La lluvia nos alcanzó y yo me protegí con mi chaqueta... aunque hizo poco por mí. Al fin, llegamos a nuestra última firma del medio día: Jordi Serra I Fabra. Y de aquí hay hasta anécdota. Mientras que Jenny_crown y yo le entregamos nuestros ejemplares de Nunca seremos estrellas del rock (y el hombre diciendo: "cuánto tiempo tiene esto...", normal, lo leímos en 1º de la ESO, y por entonces ya tenía sus años...), nuestra fiel compañera Coral (@PolySweet9) le dio el suyo. Era mucho más antiguo, de éstos de Barco de vapor... Jordi abrió el libro y comentó que le faltaba una página (donde viene el título y los autores firman)... y de repente, alzando un poco la voz, dijo: "¡le faltan 16 páginas!". Nuestra pobre amiga se puso coloradísima e intentó excusarse... fue divertido, la verdad.
Después de esto huimos (seguidos por una molesta lluvia) a la estación de Atocha para refugiarnos, y allí aprovechamos para comer. Como era de esperar, no volvimos inmediatamente a la Feria... sino que nos detuvimos en Moyano... y ya se sabe lo que pasa allí. Libros a 1€, incluso películas... Así que al final adquirí El color púrpura y varias de éstas. Y cuando regresamos, buscamos el stand de nuestro ídolo de la infancia: Knister, más conocido como el autor de Kika Superbruja. Y qué decir de este hombre... otro encanto. Adorable. La mujeres que le acompañaban nos preguntaron si nos habíamos leído el último, a lo que respondimos con una negativa... Señora, tenemos veinte años... Hemos venido por nostalgia, por favor :P
Y nos quedamos sin Matilde Asensi (no soy partidaria de esperar colas, salvo si al final me espera algo decididamente muy, muy bueno) y sin Almudena Grandes (queríamos que nos firmase su "obra maestra": Las edades de Lulú).
No sé si volveremos otro día, pero lo que es este, estuvo bien.
Sigo con la ilusión de que algún día Laura Gallego me firme algún día... pero no estoy dispuesta a plantarme a las 7 a.m. a esperar cola... Por mucho que me guste.
Os invito a que vayáis a pasar un día por la Feria del libro. Acaba del 16 de Junio, así que aún tenéis tiempo.
Dejo AQUÍ el enlace a la página, por si acaso...
¡Un saludo! ¡Feliz domingo!
Fotografías por: Rebeca Abad y Coral Vilaverde (¡gracias, chicas!)
Esme_Heartilly
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